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La señora, Pintura.


Estábamos satisfechos. Nerviosos también.  Y con temor por la presión a la que seguramente nos iban a someter.

Entonces, nos llevaron ante una señora; que aunque a la mayoría de los participantes les dio “mala espina”, a mí en cambio me hacía sentir esperanzada.

Autoretrato, Pintura.

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Mandó que nos retratáramos. Pero aquel retrato, enseguida comenzó a provocarme dolores de cabeza.

Sentía fuego en la garganta. Ejercía una enorme y negativa presión sobre mí, a la par que unas enormes ganas de perder de vista a esa señora.

La bella Durmiente, Pintura.


Mis cuentos de siempre, cuantas veces me han acompañado, me han hecho reír, llorar, cantar...y provocar en mí ganas de dejarlo todo.

¡Qué habilidad la de esta señora la de  convertir todo en estresante y amargo!

La bella, Pintura.


Cada vez que miraba a mis princesitas, no las veía tan frágiles como parecían ser.
No eran como aquellas que tanto me hacían soñar de niña.  Ahora, se me antojaban, burlonas, incluso crueles. Parecía como si quisiesen que lo dejase todo, que abandonase aquél juego sin sentido.

De nuevo, tuve que enfrentarme a aquella terrible duda, pero decidí continuar.

Sabio, Técnico.

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Empezaba a estar cansada de hombrecillo ese, soltando su porquería por todos lados.

Eso sí, posiblemente salimos inmunes de aquel lugar en el que no encontrabas ni papel para secarte las manos.

Tuve que pasar otro par de pruebas en el edificio anexo. Por ello, llevé la maleta bien cargada de utensilios de todo tipo, además de cuidado.

Y otro sabio más... la verdad es que era un alivio contar con ellos.

La niña de Madera, Escultura.

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En una de las pruebas, tenía que sacar a una niña pequeña de una bola gigante en la que estaba encerrada.

Debía hacerlo poco a poco, con cuidado de no dañar a la niña al sacarla.Fue bastante complicado, llegó un momento que ya ni sabía lo que hacía, el cansancio y el estrés podían más yo.

Femme Fatale

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Y como no, otro impedimento, apareció una mujer que se interponía en mi intento de liberar a la niña.

Aquella mujer, era fría y muy cortante. Pero bueno, si soy sincera, hice algo de trampas para hacerme con ella y así me dejase en paz para sacar a la pequeña.

Colores, Pintura mural.

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Cada vez se hacía más, y más patente, que yo no encajaba en aquél juego, y a partir de entonces, todo se convirtió en una lucha continua.
Por suerte, la última prueba, aun siendo muy dura, resultó atractiva y divertida.

Esta prueba se desarrollaba en grupo de tres, y por suerte, topé con dos compañeras de juego que me hicieron pasarla de la forma más divertida posible.

Fue duro, pero estaba contenta.

Esperaba que llegasen los resultados de aquella tercera fase. Y los esperaba pensando en que quizás tendría que repetir alguna de las pruebas. Los esperaba con muchos nervios, pesimista… Vamos,  como siempre.

Prejuicios, Dibujo.

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Me paré a reflexionar sobre mí y conmigo misma.
Estaba atrapada, triste, y furiosa ante los prejuicios de la gente. Pronto supe que era un reflejo de mi misma, y gracias a “Ella”,  conseguí plantar cara al problema que durante toda mi vida me había perseguido.

Templé un poco más mis nervios, mis malditos nervios, y ya nunca más bajé la guardia.

Sabía que lo que me esperaba en la cuarta fase de aquél durísimo juego, iba a suponer un desafío muchísimo mayor.

Me recogieron los puntos obtenidos,  y pasé a la cuarta y última fase.

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